180 p., 14 x 21 cm, rústica / Narrativa argentina / 1° ed. Rosario, Fundación A. Ross, 2010.

ISBN: 9789871133956

Desde lo más lejano do los tiempos, las temáticas de a literatura en general son las mismas, sencillamente porque en ellas se encuentran las inquietudes del hombre y hasta quizá se aborden de maneras similares.
El problema consiste en cómo se dice, la "huella digital de la palabra" que en el caso de José Pedroni se convierte en el punto exacto del arte; lo simple y lo profundo se encuentran en la intersección que forman los dos planos necesarios para vivir: lo cotidiano -con todas sus implicancias- y lo sublime.
Demostrándonos una vez más que no es necesario lo lo oscuro, complejo o intrincado, para ser considerado profundo.
Pedroni hace intemporal la realidad, ésta adquiere, por mérito de su palabra, esa condición de intemporalidad, la traduce con una lúcida serenidad y con su canto expresivo devela los enigmas esenciales en el simple devenir de cada día. Se compromete siempre con el Hombre y camina dentro de sus distintas problemáticas y junto a sus inquietudes sociales. Es un fervoroso creyente en el porvenir y en la paz, así lo demuestra en su tramo final...
Para hablar de esta obra necesito trasladarme más de treinta años atrás, desde cuando nace mi amistad con Beatriz Rambaldo, y descubro en su persona la integridad de una vocación que siempre la distinguió como una profesora apasionada por transmitir a sus alumnos lo esencial humanístico de su especialidad. Más allá de impartir los conocimientos de nuestra tan variada y fecunda lengua en los rudimentos de su gramática, siempre buscó la enseñanza del buen leer. Y de esto tengo que hacer un punto y aparte para dar fe de lo que expreso, diría que ya no como amiga, sino que me sitúo en una especie de alumna frente a ella.
La conocí apasionada por la escritura de José Pedroni, y si bien yo lo había leído, fue a través de su mirada y conocimiento del poeta que vislumbré en toda su magnitud la grandeza de su obra. Y Beatriz Rambaldo me enseñó a comprender todo esto y a incorporar a mi admiración por Don José, la verdadera dimensión de su mensaje.
Este es momento de celebrar la aparición de este ejemplar que, con las propuestas que acompañan sus textos, estimulan al lector, ya sea independientemente o al alumnado que lo aplique, a acercarse de una manera más interactiva al entorno, a conocer los porqué de la motivación que inspiraba sus poemas.
Veremos que siempre será igual a nuestra pequeña historia personal, pero dicha con la simbiosis hombre-poeta. Gracias Beatriz Rambaldo, por este libro y por la Gracia (dicho como un don recibido), de ser más que Profesora, Docente.
Miryam Colombotto de Seia