152 p., 14 x 20 cm, rústica / Poesía argentina. 1ª ed. Resistencia, Librería de la Paz, 2007.

ISBN:  9789871224302

Este libro comienza recreando la voz de una escritora muerta en los poemas de "Abrigo", pero la sola lectura de esa serie revela menos un final que un origen. En el despliegue de esa voz que insistentemente habla del hálito, del aliento, del aire se dice que toda lengua es, en cuanto origen, materna y femenina. (...)
El poema se levanta sobre una casa de lenguaje de la que "sólo quedan ruinas" y aún así nombra todavía, "sin entender qué cosa es la que falta". La lengua femenina que puede decirse en esa ausencia teje en ella su permanencia y es acaso la única forma posible por la cual lo invisible puede permanecer como "el olor de la tierra mojada". (...)
Por ello el poema también busca ver en esa oscuridad y escuchar el habla materna "hasta que la noche caiga /y llegue el sueño" y la voz adormezca a su niña. Y al dormir, que la vista del poema se vaya acostumbrando a esa oscuridad, a ver en la pantalla iluminada el otro lado de las cosas. Para nombrarlas en la ilusión de su presencia en el poema, para que nada se borre: el pasado, la infancia, la memoria, lo perdido. Para revelar con ellas el secreto verdadero de la vida que se va, al abrigo pleno de la lengua materna.

Jorge Monteleone

El Secreto // Claudia Masin

$18.000,00
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152 p., 14 x 20 cm, rústica / Poesía argentina. 1ª ed. Resistencia, Librería de la Paz, 2007.

ISBN:  9789871224302

Este libro comienza recreando la voz de una escritora muerta en los poemas de "Abrigo", pero la sola lectura de esa serie revela menos un final que un origen. En el despliegue de esa voz que insistentemente habla del hálito, del aliento, del aire se dice que toda lengua es, en cuanto origen, materna y femenina. (...)
El poema se levanta sobre una casa de lenguaje de la que "sólo quedan ruinas" y aún así nombra todavía, "sin entender qué cosa es la que falta". La lengua femenina que puede decirse en esa ausencia teje en ella su permanencia y es acaso la única forma posible por la cual lo invisible puede permanecer como "el olor de la tierra mojada". (...)
Por ello el poema también busca ver en esa oscuridad y escuchar el habla materna "hasta que la noche caiga /y llegue el sueño" y la voz adormezca a su niña. Y al dormir, que la vista del poema se vaya acostumbrando a esa oscuridad, a ver en la pantalla iluminada el otro lado de las cosas. Para nombrarlas en la ilusión de su presencia en el poema, para que nada se borre: el pasado, la infancia, la memoria, lo perdido. Para revelar con ellas el secreto verdadero de la vida que se va, al abrigo pleno de la lengua materna.

Jorge Monteleone