Todos los fríos van al zar - Algunas consideraciones sobre lireratura moderna // Alejandro Pereyra
110 pag., 14 x 20 cm., rústica / Prosa literaria / 1° ed., Rosario, Naide Abay, 2024.
ISBN 9786319020762
¿Qué piensan los banderilleros de los estacionamientos?
Pocas veces la imaginación puede estallar tanto como ante el gesto repetido de uno de esos personajes. Es que ese trabajo requiere de la saturación cinética de una bandera para que la atención de los conductores se fije en ella y decidan ingresar, quedar atrapados en la máquina narrativa que compone la cabeza irrefrenable de ese personaje urbano.
Y eso es lo que sucede con Todos los fríos van al zar.
Los personajes quedan estacionados en escenas de un relato imparable. Un relato que se fracciona en miríadas de realidad y de historias en la cinta de moebius de un banderillero que ha rozado y roza el trauma de lo real. De este modo, se parte y vuelve sobre sí, fragmentado, como el movimiento mecánico de la banderita, y los personajes, las historias, los pensamientos y las percepciones se van uniendo por un hilo endeble que se disgrega de modo incesante.
Ya desde su libro de cuentos El peor de los desiertos,
Alejandro Pereyra viene construyendo una zona de la literatura donde el trabajo con la forma del relato se vuelve central. Quizá esa zona sea, además, una de contacto de la escritura con la imagen cinematográfica y sus preocupaciones por los encuadres y las planitudes como procedimientos desde donde armar (se) una historia estallada en miríadas de secuencias en movimiento, capaces de suscitar esa cualidad de la imagen pulsión, según la entiende Gilles Deleuze, que impacta de lleno en nuestras percepciones y genera afecciones intranquilas.
Cristian Molina