224 p., 13 x 21 cm, rústica / Poesía / 1° ed. CABA, El cuenco de plata, 2015.

ISBN: 9789873743283

Traducción de: Teresa Arijón y Bárbara Belloc

Amparadas en la creencia de Álvaro de Campos en que el único prefacio a una obra es el cerebro de quien la lee; en el rechazo de Fernando Pessoa a prologar la obra de su mejor amigo con las palabras: He reflexionado sobre la cuestión de los prefacios y elijo seguir el célebre consejo de Polichinela a los que van a casarse: NO. [...] No explicar es, todavía, una de las principales condiciones para la imposición y la victoria; y en que el taimado traductor (el propio Pessoa) de una jamás publicada edición inglesa de los poemas de Alberto Caeiro dejó anotado con letra grande y clara que un prefacio siempre es malo, y el prefacio de un traductor es cosa positivamente inmoral, decidimos no escribir ningún prólogo y limitarnos a proponer, desde esta contratapa, que bien querría ser un cartel, que esta Obra reunida (compuesta por un libro íntegro, otro inacabado y un puñado de poemas sueltos ultracontemporáneos) sea leída alternativamente como un arte poética, un manual de supervivencia, un sutra ateo, el diario lírico y libertario de un pastor.
Teresa Arijón – Bárbara Belloc

Fernando Pessoa
(Lisboa, 1888 - 1935) poeta, ensayista, narrador y traductor, sus primeros años transcurrieron en Ciudad del Cabo, donde su padrastro estaba a cargo del consulado de Portugal en Sudáfrica. A los diecisiete años se trasladó a Lisboa, donde estudió Letras y alternó el trabajo de oficinista con su vocación por la literatura. Aunque en vida sólo publicó un volumen –Mensagem (1933)–, la aparición póstuma de sus inéditos le ha valido un reconocimiento universal.
La compleja personalidad del poeta se expresa a través de la invención de numerosos heterónimos, dotados cada uno de ellos de rasgos diferenciados y una biografía propia; entre otros: Alberto Caeiro, poeta bucólico esencialmente pagano; Ricardo Reis, “latinista por formación y semihelenista por devoción”; Álvaro de Campos, poeta del “sensacionismo”, interesado por la técnica, las vanguardias europeas y la renovación del lenguaje poético;  Bernardo Soares, a quien le atribuye el memorable Diario del desasosiego; y  Antonio Mora, "discípulo y admirador de la obra de Alberto Caeiro", sus textos fundamentales son sobre la refundación del paganismo.

Poesía de Alberto Caeiro // Fernando Pessoa

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224 p., 13 x 21 cm, rústica / Poesía / 1° ed. CABA, El cuenco de plata, 2015.

ISBN: 9789873743283

Traducción de: Teresa Arijón y Bárbara Belloc

Amparadas en la creencia de Álvaro de Campos en que el único prefacio a una obra es el cerebro de quien la lee; en el rechazo de Fernando Pessoa a prologar la obra de su mejor amigo con las palabras: He reflexionado sobre la cuestión de los prefacios y elijo seguir el célebre consejo de Polichinela a los que van a casarse: NO. [...] No explicar es, todavía, una de las principales condiciones para la imposición y la victoria; y en que el taimado traductor (el propio Pessoa) de una jamás publicada edición inglesa de los poemas de Alberto Caeiro dejó anotado con letra grande y clara que un prefacio siempre es malo, y el prefacio de un traductor es cosa positivamente inmoral, decidimos no escribir ningún prólogo y limitarnos a proponer, desde esta contratapa, que bien querría ser un cartel, que esta Obra reunida (compuesta por un libro íntegro, otro inacabado y un puñado de poemas sueltos ultracontemporáneos) sea leída alternativamente como un arte poética, un manual de supervivencia, un sutra ateo, el diario lírico y libertario de un pastor.
Teresa Arijón – Bárbara Belloc

Fernando Pessoa
(Lisboa, 1888 - 1935) poeta, ensayista, narrador y traductor, sus primeros años transcurrieron en Ciudad del Cabo, donde su padrastro estaba a cargo del consulado de Portugal en Sudáfrica. A los diecisiete años se trasladó a Lisboa, donde estudió Letras y alternó el trabajo de oficinista con su vocación por la literatura. Aunque en vida sólo publicó un volumen –Mensagem (1933)–, la aparición póstuma de sus inéditos le ha valido un reconocimiento universal.
La compleja personalidad del poeta se expresa a través de la invención de numerosos heterónimos, dotados cada uno de ellos de rasgos diferenciados y una biografía propia; entre otros: Alberto Caeiro, poeta bucólico esencialmente pagano; Ricardo Reis, “latinista por formación y semihelenista por devoción”; Álvaro de Campos, poeta del “sensacionismo”, interesado por la técnica, las vanguardias europeas y la renovación del lenguaje poético;  Bernardo Soares, a quien le atribuye el memorable Diario del desasosiego; y  Antonio Mora, "discípulo y admirador de la obra de Alberto Caeiro", sus textos fundamentales son sobre la refundación del paganismo.