96 p. / 13 x 20 cm. / T. rústica / Ensayo, Cine / Colección Estación Cine nro. 51, Rosario, CGeditorial, 2025.

ISBN: 9789875976023

Realmente, ¡vivimos en un tiempo para valientes!

Creo que es un deber para todos y todas, volver a estar dispuestos a mirarnos, tal como lo hacen Díaz y Silverstein. 

Es tiempo de entender que el otro puede ser quien más crea en uno/a; el que nos desafíe a abrirnos, a tirar las armaduras y abandonar barricadas para volver a andanzas y aventuras compartidas que ya habíamos resignado; que hay aprendizajes y risas cuando andamos juntos (lejos de las pantallas y la virtualidad). 

Es tiempo de poner el cuerpo. De subir a la cornisa, para salvar al amigo y salvarnos, también.  

Un sabio dijo ¨no hay mayor amor que éste: que uno dé su vida por sus amigos¨. Quizá no hay que hacerlo de forma literal, pero qué bueno es saber que ahí van a estar los que te soportan y sostienen en los tiempos de vulnerabilidad, en la tristeza y duelos, y en la celebración y los días sencillos, donde un mate o un cafecito compartido nos alegran la vida. 

Seamos rebeldes y opongamos amistad a las imposiciones de un tiempo que nos quiere aislados.

Seamos valientes.  

Del prólogo de Alida Chebli.

Tiempo de valientes, de Damián Szifron // Alberto Tricarico

$28.000,00
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96 p. / 13 x 20 cm. / T. rústica / Ensayo, Cine / Colección Estación Cine nro. 51, Rosario, CGeditorial, 2025.

ISBN: 9789875976023

Realmente, ¡vivimos en un tiempo para valientes!

Creo que es un deber para todos y todas, volver a estar dispuestos a mirarnos, tal como lo hacen Díaz y Silverstein. 

Es tiempo de entender que el otro puede ser quien más crea en uno/a; el que nos desafíe a abrirnos, a tirar las armaduras y abandonar barricadas para volver a andanzas y aventuras compartidas que ya habíamos resignado; que hay aprendizajes y risas cuando andamos juntos (lejos de las pantallas y la virtualidad). 

Es tiempo de poner el cuerpo. De subir a la cornisa, para salvar al amigo y salvarnos, también.  

Un sabio dijo ¨no hay mayor amor que éste: que uno dé su vida por sus amigos¨. Quizá no hay que hacerlo de forma literal, pero qué bueno es saber que ahí van a estar los que te soportan y sostienen en los tiempos de vulnerabilidad, en la tristeza y duelos, y en la celebración y los días sencillos, donde un mate o un cafecito compartido nos alegran la vida. 

Seamos rebeldes y opongamos amistad a las imposiciones de un tiempo que nos quiere aislados.

Seamos valientes.  

Del prólogo de Alida Chebli.